Piqué, el Barça, Cataluña, la consulta…

«Estoy a favor de la consulta, es algo democrático que tiene que suceder porque la gente tiene su derecho a votar»

Gerard Piqué. Central del F.C. Barcelona
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Tengo que empezar reconociendo que no siento demasiada simpatía por Piqué. Me parece un poco arrogante. Tampoco es que le odie, hay muchos futbolistas que me caen bastante peor. Es posible que uno tenga motivos para ser arrogante cuando ha ganado todo lo que ha ganado Piqué y tiene una mujer como la que tiene Piqué. Puede ser, pero me da la sensación de que ese carácter ya lo tenía antes. Aún así me parece un buen central con un físico portentoso y una cabeza que podría estar mejor amueblada. Dicho lo cual, en esta ocasión creo que quienes le critican por apoyar el derecho de autodeterminación del pueblo de Cataluña no tienen razón.

Primero porque a mí, que escribo desde Madrid, me da la sensación de que Piqué lo que ha expresado no es ni más ni menos que un sentir mayoritario en la sociedad catalana: que votar no puede ser ilegal. No ha dicho si apoyaría el Sí, el No o si se quedaría en la cama jugando al Candy Crush. Simplemente ha dicho que la autodeterminación es un derecho, algo que me parece bastante coherente en una democracia.

Como era de esperar las críticas han arreciado. Y lo han hecho por donde suelen: que si por qué juega en la selección, que si la liga catalana, que si tiene negocios en España. Y aunque algunas de estas críticas han sido bastante certeras, en la mayoría se han vuelto a destacar aquellos del blanco o negro; el conmigo o contra mí. Algo que por desgracia se ha convertido en la tónica en todo este lío del referéndum. Y además, muchos de los que critican estas palabras del central del Barça hace bien poquito le alababan por su rendimiento en la Roja. Él y otros catalanes formados en La Masía le han dado a la selección española los años más gloriosos de su existencia.

Lo cierto es que el Barça está muy a menudo en el ojo del huracán para aquellos del «no se debe mezclar política y fútbol«. Como si otros clubes no hicieran política. Como si los chanchullos entre el Valencia y la Generalitat valenciana o las visitas de ministros y ejecutivos de empresas privadas al palco del Bernabèu no fueran política. Lo que ocurre en el Camp Nou es que esta estrategia de marketing del «Més que un club» ha sido muy efectiva desde los años 70 para presentar al Barça como el «ejército de un país desarmado» en palabras del gran Vázquez Montalbán. Ni más ni menos; sólo eso pero todo eso. Una cuestión de imagen para algunos, de interés para muchos y de responsabilidad histórica para otros. Supongo que todos ellos tendrán su parte de razón: la identificación del club como el equipo nacional de Cataluña tiene sus ventajas, sobre todo para los candidatos a la presidencia elegidos por una masa social casi exclusivamente catalana. Y lo que está claro es que en Cataluña muchos apoyan la consulta soberanista.